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Por una Fiesta Mayor de todos y no de propaganda del fascismo filoterrorista

La Fiesta Mayor de Barbará debe abandonar la politización ultranacionalista para volver a estar dedicada a nuestra Patrona, la Santísima Virgen María, Alcaldesa Perpetua de Barbará

ByB

3-7-2023




Desde hace ya demasiados años la Fiesta Mayor de Barbará del Vallés se está caracterizando, cada vez más, por una progresiva y ascendente tendencia a la politización, y concretamente a la politización ultranacionalista. Una realidad que se ha visto reflejada durante los últimos tiempos por una presencia cada vez mayor, y cada vez de forma más ostensible -por no decir descarada- de determinados partidos políticos que están fagocitando el espacio público de la fiesta para transformarlo en su turbio altavoz propagandístico. Además, este uso fraudulento de una celebración que debería de ser de todos no es en absoluto equilibrado, de forma que estén representados las diferentes formaciones del Pleno municipal para, al menos, mostrar toda la diversidad democrática de Barbará. Todo lo contrario, porque los únicos partidos que exhiben, sin vergüenza alguna, su parafernalia ideológica son, precisamente, los menos democráticos -por no decir los directamente violentos y totalitarios- del elenco municipal de Barbará.

El ejemplo paradigmático del tumor antidemocrático que se está expandiendo en la Fiesta Mayor de Barbará, y en el resto de celebraciones como el deplorable último día de San Jordi, es la presencia de una formación hispanófoba y filoterrorista como es EAB-CUP, catalogada, nada menos, que como “entidad cultural” por el gobierno municipal del PSC. La sucursal barberense de la CUP se dedica a lo mismo que el resto de este partido, que no es a otra cosa que a sembrar el odio a España, a la lengua española, y a cualquier expresión de la auténtica libertad e igualdad entre todos los ciudadanos de nuestra Nación. Un odio que, por mucho que se disfracen con la túnica de un falso e hipócrita antifascismo, no es nada más que el árbol podrido de raíz -esta sí- netamente fascista, que se nutre de la exclusión y del supremacismo nacionalista de toda la vida y que, por desgracia, llevamos sufriendo en Cataluña demasiadas décadas.

Porque hay que decirlo ya: la CUP no sólo es un partido ultranacionalista. También es un partido auténticamente racista cuya única savia es el desprecio -y el desprecio violento- a la historia, la lengua y la cultura españolas. Que es lo mismo que decir el desprecio -y el desprecio violento- a la mayoría de los ciudadanos de Barbará. Porque el español es tanto nuestra lengua como lo es el catalán, la bandera española nos representa como la catalana y la inmensa mayoría amamos a nuestra Nación, que se llama España, tanto como a nuestra querídisima tierra catalana. Un racismo hispanófobo que, por cierto, no es exclusivo de la CUP, sino que forma parte del ADN de los partidos nacionalistas como Junts X Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya. Y que, lamentablemente, está también presente en otras formaciones, que se autodenominan, con grandes alharacas, “progresistas” como es el caso de En Comú Podem, que ya hace campaña sin disfraces por el racismo lingüístico escolar que la neolengua nacionalista denomina “inmersión”. No es extraño, pues, que ECP y otras ramificaciones nacionalcomunistas, también hayan colonizado el llamado “Espacio Cultural” de la Fiesta Mayor. El resultado es la creciente batasunización de las fiestas de Barbará, que son cada día más un reflejo de los perversos espectáculos bilduetarras en el País Vasco.

Sin embargo, este uso espúreo de un acontecimiento que debería estar destinado a todos los barberenses, piensen lo que piensen y voten lo que voten, no sería posible sin el aplauso, la complicidad y el empuje decidido del gobierno del PSC. El alcalde Xavier Garcés se ha convertido en el principal valedor de la ocupación nacionalista del espacio público, junto con escuderos como Joan Muñoz, hasta antes de las elecciones responsable de la política cultural. Pero su implicación en la aculturación política de las festividades de Barbará va mucho más allá de lo estrictamente programático, o en la mera -aunque obscena- manipulación de la realidad llamando “culturales” a partidos políticos ultranacionalistas.

Y es que tanto Garcés y Muñoz son los máximos responsables del señalamiento infame de un partido político democrático como es Vox, y por tanto, de sus votantes, muchos de los cuales, por cierto, son exvotantes del PSC. Garcés, Muñoz y todo el gobierno del PSC actúan así, no solo como piezas conniventes de una política cultural excluyente, sino sobre todo como ejecutores de la estrategia vil y absolutamente repugnante que busca la división entre buenos y malos barberenses, entre ciudadanos que se merecen la celebración y otros que son perseguidos, señalados e insultados por los que se han transformado en los verdaderos amos de la Fiesta Mayor. Y éstos no son otros que los fascistas -estos sí- filoetarras de EAB-CUP y sus adláteres nacionalpopulistas, gracias a la actitud cobarde, servil y palanganera del gobierno socialnacionalista de Xavier Garcés.

La Fiesta Mayor debe volver a ser de todos los barberenses y de nuestra Patrona y Alcaldesa Perpetua, la Santísima Virgen María

Por eso, consideramos que la Fiesta Mayor de Barbará necesita de un replanteamiento urgente, para que refleje la pluralidad, el respeto a la diferencia, y el espíritu de concordia que debe regir en cualquier auténtica celebración. Un nuevo modelo que debe estar en las antípodas del actual, que ha degenerado para devenir un espacio colonizado por partidos -y entidades- cuyo fin no es otro que la homogeneización cultural, lingüística y de pensamiento. Y de ninguna forma podemos permitir que ciertos grupos ultras se adueñen de una celebración que debe ser de todos. Y aún menos si algunos de estos grupos tienen vínculos directos con la violencia como es el caso de EAB-CUP, cuyas juventudes de Arran no son más que un grupo fascista terrorista dedicado a romper por la fuerza -y el dolor- los infinitos lazos que nos unen a todos los barberenses -y al conjunto de los catalanes- con nuestros hermanos del resto de España.

La Fiesta Mayor de Barbará debe ser el reflejo de lo que nos une, no de los que nos separa; de lo que se ama, no de lo que se desprecia; del espíritu auténticamente festivo, no de la abyecta manipulación de partidos que se hacen pasar, burdamente, por “entidades culturales” cuando no son más que formaciones dedicadas al odio de quienes no se arrodillan a sus dictados excluyentes. Barbará debe volver a la Fiesta Mayor que siempre fue y que estaba dedicada a nuestra patrona la Santísima Virgen, la única Portadora de la Felicidad, el Amor, la Fraternidad, la Belleza, la Familia y la auténtica Alegría. O lo que es lo mismo, todo lo que odian los que han consolidado el modelo cultural sectario que padecemos, y que han transformado una Fiesta que debería ser de todos los barberenses, en la ruin propaganda, divisiva, mediocre -y muy bien subvencionada- de los fanáticos de siempre.



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