Xavier Garcés ha sido reelegido alcalde de Barbará del Vallés en el pleno de constitución del nuevo consistorio municipal, únicamente con los votos de su partido, el PSC. La elección de Garcés se ha realizado, así, por mayoría simple después de que en la votación se pusiera de manifiesto la división existente entre los 8 partidos que conforman el pleno de Barbará. Una situación que se ha evidenciado en que todos los grupos han presentado a sus propios cabezas de lista como candidatos a la alcaldía, finalmente lograda por Garcés con los 7 votos del PSC.

De hecho, el pleno municipal de Barbará ha estado marcado por un tono general deslavazado y tenso, en el que se ha percibido la impotencia para conseguir acuerdos. Una actitud que se ha visto reflejada en la misma intervención de Xavier Garcés, que ha recibido el bastón de mando con un discurso en el que ha resaltado que “no estoy especialmente contento” por su elección como alcalde.

La insatisfacción expresada por Garcés viene después de unas elecciones que han estado precedidas por momentos de gran polémica protagonizados por el alcalde y algunos miembros de su gobierno. El principal tuvo lugar durante la celebración del pasado día de San Jordi, en el que diversos partidos y asociaciones de Barbará, bajo el liderazgo del grupo ultranacionalista violento EAB-CUP, llevaron a cabo una campaña de amenazas contra Vox.

Estas amenazas fueron apoyadas por Xavier Garcés y otros miembros del gobierno del PSC, como el concejal de Cultura Joan Muñoz, que mantuvieron las pancartas de odio contra Vox perpetradas por EAB-CUP, con el apoyo de otros grupos como Barberà En Comú Podem.

Es por ello que, desde este medio, pedimos -y seguimos exigiendo- la dimisión inmediata tanto de Xavier Garcés como de Joan Muñoz, por su complicidad con la violencia antidemocrática y fascista -ésta sí- de EAB-CUP contra Vox. Entre los derechos vulnerados por esta propaganda del odio con apoyo público está el derecho a la pluralidad política, recogido en el artículo 6 de la Constitución; y de libertad de expresión, establecido en el artículo 20 de la Carta Magna.

Campaña de odio sufragada con medios públicos y el apoyo del PSC y asociaciones subvencionadas

En realidad, la violencia del día de San Jordi contra Vox fue el prolegómeno de una campaña de odio contra esta formación que continúa en la actualidad, con una pancarta situada en los mástiles de las banderas oficiales del ayuntamiento de Barbará. Esta pancarta, está firmado por un grupo autodenominado Estima Barberà-UCFR, tras el cual está EAB-CUP, junto con Barberà en Comú Podem, y asociaciones de lo más variopintas, muchas de ellas subvencionadas, y que incluyen, entre otros, el AFA Marta Mata; la Asociación de Artesanos Cerveceros de Barbará; la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Románica; el Grupo de Teatro D’sas’3; el Club de Ajedrez de Barbará; o el medio digital Veus Barberà.

Precisamente, Veus Barberà, muy cercano a Barberà en Comú Podem y a EAB-CUP, vetó a Vox en el debate electoral que reunió a todos los demás candidatos y que se celebró, para más inri, en un espacio público como es el Teatro Municipal la Cooperativa.

Díaz Cortés llama "nazi" al representante de Vox, mientras el mismo jefe de EAB-CUP lleva una camiseta con simbología nazi-soviética.

Pero sin duda el punto culminante del discurso del odio contra Vox llegó con la intervención en el pleno del líder de EAB-CUP, Fabián Díaz Cortés, quien llamó "nazi" al representante de Vox, Alejandro Fernández. Un insulto que llegó justo después de que Díaz Cortés se negase a prometer su cargo democráticamente, ya que accedió al cargo jurando por el ideario de EAB-CUP en vez de por la Constitución.

Pero además, Díaz ha hecho esta acusación mientras llevaba una camiseta con los colores de la bandera nazi, como son el negro, el rojo y el blanco. Si bien, en su caso, su ideología se acerca más a la conjunción entre el ultranacionalismo alemán de los años 30 y 40 y el comunismo soviético. Esta suerte de nazi-comunismo agresivo fue la que Díaz Cortés demostró con sus insultos en el pleno, mientras algunos de sus correligionarios amenazaban a ciudadanos que querían asistir al acto.

Concejales que prometen el cargo "por imperativo legal", igual que Herri Batasuna.

Los cargos de Herri Batasuna empezaron a jurar sus cargos "por imperativo legal" a partir de 1989, en la época más sangrienta de la banda fascista terrorista ETA. Desde entonces, muchos políticos han usado la misma fórmula de la facción institucional de ETA para prometer sus cargos. Y así se ha vuelto a repetir en el primer pleno de la legislatura en Barbará.

Entre los habituales de la fórmula batasuna están los regidores de ERC y de Barberà en Comú Podem; pero también del PSC, como Daniel González Cabrera o el antedicho Joan Muñoz, lo que refuerza la idea de que debería dimitir lo antes posible por imperativo moral, aunque solo fuera por respeto a tantos socialistas asesinados por los que se inventaron la fórmula.

Quizás más llamativo, por la novedad, es el uso de ese pseudojuramento por parte del líder de la Plataforma Ciutadana per Barberà, Guillem Vilaregut. Con su "imperativo legal" Vilaregut se alinea, desde su mismo estreno en el consistorio como líder de la Plataforma, con el nacionalismo más reaccionario en vez de con el municipalismo que dice representar.

En cambio, su correligionaria, Susana Meca, sí ha prometido su cargo con lealtad a la Constitución y al Rey. Un hecho que refleja una contradicción ideológica de fondo en este partido, que ha perdido la mitad de su representación, y que se irá descubriendo con más nitidez a lo largo de la legislatura.

Intervenciones impecables de Sílvia Fuster, Raúl Collbatallé y Alejandro Fernández.

Impecables han sido, sin embargo, las aceptaciones de sus cargos por parte de los líderes de Totes per Barberà. Sílvia Fuster; del PP, Raúl Collbatallé; y Alejandro Fernández, el líder amenazado de Vox.

Fuster ha realizado un discurso digno de elogio, más allá de las ideologías y las legítimas discrepancias políticas. No solo ha prometido con naturalidad su cargo con lealtad a la Constitución y al Rey -que, no lo olvidemos, representa al conjunto de los ciudadanos de la Nación, piensen lo que piensen- sino que ha expresado con elegancia y sencillez un alegato a favor del entendimiento entre todos los representantes del consistorio. Incluso su felicitación a regidoras de diferentes partidos, con las que comparte la profesión de enfermera, ha sonado sincera y cordial.

Por su parte, la intervención de Raúl Collbatallé se ha caracterizado por la seriedad, la claridad y la moderación. Además, el líder del PP se ha estrenado también como componente de la Mesa de Edad, al ser el regidor de menos edad del nuevo Pleno municipal.

Quizás el discurso más esperado de la sesión era el del líder de Vox, Alejandro Fernández. Y sus palabras no se han salido de la normalidad institucional, prometiendo la Constitución con lealtad al Rey, en un ejercicio de democracia que han incumplido, precisamente, los mismos que le acusan de lo contrario. Fernández ha acabado con tres vivas a Barbará, a Cataluña y a España, sin arredrarse ante sus agresores.

El pleno, no obstante, ha finalizado con el guion con el que había empezado. Y no es otro que la aceptación de la alcaldía de un nervioso y descolocado Xavier Garcés, que ha pedido perdón a sus familiares por el tiempo que no les ha dedicado debido a su dedicación política.

Este gesto emotivo no se ha visto acompañado, sin embargo, por un ejercicio de sana autocrítica. Algo enormemente necesario en un alcalde que ha puesto en entredicho su posición de representante de todos los barberenses, voten lo que voten, al aliarse de facto con la estrategia de odio desatada por EAB-CUP y sus grupos subordinados, y cuyo líder ha sido el primero en darle la misma mano con que lo está ahogando políticamente.

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